El gobierno saliente ha demostrado tener una preocupación fundamental por la formación ciudadana de los futuros hombres y mujeres que decidirán y llevaran adelante nuestro país en las próximas décadas. Tan es así que se ha implementado, en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, una nueva asignatura para los niños que acuden a, lo que en la última reforma en materia educativa se denominó, secundaria básica. El nombre es bastante pretencioso: Construcción de ciudadanía; y a través de este espacio se intenta generar prácticas ciudadanas responsables y solidarias entre los alumnos.La idea, la fundamentación de la asignatura, es muy loable y valiosa y si bien este año ha resultado un verdadero desastre su implementación, es quizás porque las buenas ideas no siempre están acompañadas de buenas prácticas… pero… de eso se trata la materia. En fin, aún así, tenemos por lo menos cinco años –es el tiempo que se otorga para evaluar su funcionamiento- para constatar si tal proyecto puede llevarse a cabo, en qué condiciones, cómo se podrán resolver los problemas de horarios y el de control del desarrollo de las diversas clases, ya que lo novedoso aquí es la modalidad de trabajo y en definitiva, la capacidad de cada grupo de poder construir y constituir prácticas ciudadanas.Sin embargo, y ya que hablamos de construir ciudadanía, lo que han demostrado estas últimas elecciones es nuevamente que las buenas ideas no están acompañadas de buenas prácticas, o lo que es peor aún, que el discurso oficial fragmenta la realidad prometiendo elecciones transparentes y el día del comicio deja a la “buena de Dios” el desarrollo administrativo. Los hechos son de público conocimiento: sorpresiva falta de boletas de todos lo partidos –menos del gobierno-, en distintas cantidades y variando la gravedad según el distrito, que devino en una lluvia de denuncias en la justicia electoral; ausencia de fiscales, que llevó a que muchas mesas se reagruparan a media mañana para que la gente pudiera votar y a la vez este hecho desencadenó en esperas de más de dos horas. Por otro lado, voceros del gobierno desmentían que estuvieran sucediendo tales cosas y, llegada la noche, se admitió que si bien ocurrieron estos hechos fueron casos aislados.Una vez confirmada la actual primera dama como futura presidente de los argentinos, tanto gobierno como ciudadanos pusimos un manto de olvido sobre las irregularidades y ya estamos nuevamente pendientes de la final de algún programa televisivo de gran audiencia. Por otro lado, cabe agregar que asistimos al mayor porcentaje de deserción ciudadana ya que en nuestro país el sufragio es obligatorio y el ausentismo en las urnas trepó al 30%.En este estado de cosas, la “Construcción de la ciudadanía” lejos de ser una asignatura en la cual podrán construirse los ciudadanos a partir de sus prácticas, pareciera convertirse una vez más en una utopía vacía, en un fraude que enardece tanto a alumnos como a docentes y en una frustración más. Lejos parecen quedar las discusiones en torno a la reforma política, a la prohibición de propaganda de candidatos, a la implementación del voto electrónico, a la remuneración de la actividad política, a las jubilaciones de privilegio, a la inmunidad de los legisladores, a las exenciones impositivas a los jueces y en definitiva una larga lista de temas concernientes a la práctica de la ciudadanía que siguen cayendo en “saco roto”.De todos modos, y para no ser pesimista, todavía nos queda este nuevo espacio asignado a la materia, en el cual, tanto docentes, como alumnos, y toda la comunidad educativa, podemos hacernos los tontos, hacer de cuenta que no sirve pero aprovecharlo para generar verdadera prácticas desde las cuales podamos alguna vez decirle al gobierno: “hágase nuestra voluntad y no la de ustedes”.